En la historia, sucesos de lesa humanidad como el apartheid, el holocausto, el colonialismo o la esclavitud, eran legales. Esto nos obliga a cuestionar hasta qué punto la legalidad representa verdaderamente una garantía de nuestra seguridad como seres humanos.
Es por eso que el derecho tiene ciertos mecanismos de protección; todos los seres humanos son poseedores de derechos por el simple hecho de ser humanos.
En el derecho ecuatoriano los principios para asegurar jurídicamente a los ciudadanos son: la irretroactividad de la ley; que consiste en la aplicación de las leyes temporalmente, es decir, la ley solo aplica hacia el futuro, evitando así penas hacia el pasado; la tipificación legal de delitos y penas, que aseguran el castigo a comportamientos inadecuados; las garantías constitucionales, que son las encargadas de asegurar los derechos fundamentales de los ciudadanos; la cosa juzgada, para evitar que una acción se juzgue dos veces, entre otros.
El problema es, principalmente, que la legalidad y los derechos son cuestión de quien ostenta el poder, no de justicia. Este argumento es el que principalmente se utiliza para desmerecer al positivismo jurídico. (Foucault, 1975) (Ávila-Fuenmayor, 2007)
Pensamiento de Foucault acerca de el modelo actual de justicia:
Foucault y chomski, justicia y poder.
La validez de una norma no representa seguridad alguna para los seres humanos, el aspecto que determina si una norma garantiza nuestros derechos, es la naturaleza de la norma: si es justa, o no.
Como conclusión, un sistema jurídico, por el simple hecho de existir, tiene la finalidad de ser justo con los ciudadanos; de asegurar sus derechos. La legalidad de acciones que atenten contra estos derechos no aceptan el principio de justicia, sino solo representan una manifestación de poder; que vela por los intereses de quien lo ostenta.
BIBLIOGRAFÍA
Ávila-Fuenmayor, F. (2007). El concepto de poder en Michel Foucault.
Foucault, M. (1975). Vigilar y castigar. Paris.
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