jueves, 23 de marzo de 2017

¿Que es educaplay? ¡ENTRA YA!





Educaplay: actividades educativas multimedia.
Educaplay es una plataforma que permite crear actividades educativas multimedia con un resultado atractivo y profesional, como mapas, adivinanzas, crucigramas, diálogos  dictados, ordenar letras y palabras, relacionar, sopa de letras y tests. Además nos permite embeber las actividades en nuestros blogs o páginas web, una buena alternativa para que los estudiantes aprendan jugando.
Lo más importante a la hora de usar educaplay, es que el docente active su imaginación y de acuerdo con los contenidos que desee trabajar con los estudiantes puedan crear múltiples actividades que les permita a niños y jóvenes aprender de una forma divertida.


¿QUÉ HERRAMIENTAS SE PUEDEN ENCONTRAR?

*Crea actividades; 
Genera tus propios recursos con un resultado atractivo y profesional. Basta con registrarse y ¡es gratis!


Disfruta de las actividades creadas por otros usuarios. Contamos con un enorme directorio clasificado por edades, materia, sistema educativo, etc.


*Grupos y tickets.
Accede a un espacio para compartir tus colecciones de actividades con otros usuarios, incluso sin necesidad de que se registren, bajo el Sistema de Tickets.


*Presentación Multisoporte.
Disfruta de Educaplay desde cualquier dispositivo sin instalar ningún software adicional gracias a la tecnología HTML5.


*Exporta tus recursos.
Las actividades creadas en www.educaplay.com pueden integrarse en LMS compatibles con SCORM.


*Nuestra aportación.
Educaplay es una aportación de ADR Formación a la comunidad educativa. Consulta el acuerdo de licencia.




miércoles, 22 de marzo de 2017

El curso en linea “Conéctate” (PLATAFORMA APRENDE 2.0) para padres de familia, profesores y público en general.






Sepa cómo utilizar una computadora, conectar dispositivos y acceder a búsquedas, correo electrónico y medios sociales.



El curso “Conéctate” le presenta las habilidades básicas de computación y de navegación por Internet.








El curso Get Connected fue desarrollado con el objetivo de promover su inclusión en la sociedad de la información y despertar su interés de cara a oportunidades de estudio y trabajo.


Usted se está conectando como usuario en el universo de la Tecnología de la Información (TI) que ofrece diversas oportunidades para su carrera profesional 





Los profesionales de la tecnología de la información son indispensables para garantizar que las personas se conecten y la información consiga llegar rápidamente a su destino, para que el mundo entero esté conectado. Tenemos que dar las gracias a estos profesionales que están cambiando nuestra forma de trabajar, vivir, divertirnos y aprender.


El curso está organizado en unidades distribuidas en siete grupos Puede comenzar a estudiar por la introducción pero tiene la libertad de escoger los temas siguientes de acuerdo con sus intereses. Lo ideal es seguir el orden propuesto porque los asuntos están encadenados unos con otros.








martes, 21 de marzo de 2017

Mini super Tlamatini.



Mini super Tlamatini.

Con el propósito de dar funcionalidad a las operaciones básicas: sumas, restas, multiplicaciones y divisiones se propuso esta actividad didáctica; el alumno utiliza y se entrena en las operaciones básicas con un fin: saber cuánto dinero cuesta lo que quiere comprar en el “Supermercado Escolar” instalado en el aula de TIC de nuestra escuela primaria. 

La experiencia educativa consiste en simular una compra (role-playing) en donde todos los alumnos participan en ese escenario. 

Esta actividad está dirigida a todos los alumnos de la Primaria. Son los papás pertenecientes a la Asociación de padres de familia los encargados de construir y organizar todo el supermercado escolar y la puesta en práctica coordinada por el departamento de UDEEI.

Una de las características esenciales que define nuestra institución es el de una escuela comprensiva. Si bien es cierto que, la heterogeneidad de las aulas ha revolucionado los métodos tradicionales de enseñanza. Con esta experiencia educativa hemos querido poner en práctica procedimientos y metodologías que hagan posible que cualquier alumno pueda aprender lo máximo posible, con independencia de sus características personales, y dentro de sus posibilidades. La escuela inclusiva defiende la utilización de métodos ordinarios para atender al alumnado. No necesitaremos medidas especiales cuanto más ajustemos nuestra actividad a las necesidades educativas de nuestro alumnado. Ahí está la clave: nuevas formas de gestión del aula. Todas las actividades que se desarrollan en esta experiencia educativa se apoyan en “El aprendizaje activo entre pares”. Es un sistema de instrucción constituido por equipos colaborativos, en la que un compañero enseña al otro, haciendo el papel de tutor y el otro de alumno, en el cual se intercambian roles de enseñanza-aprendizaje entre los alumnos que participan. Los alumnos más aventajados ayudan a los menos capaces por medio de un trabajo cooperativo de grupo, donde la actividad está previamente organizada por los/las maestros/as.

El soporte teórico del aprendizaje entre iguales como propuesta metodológica viene dado por la perspectiva clásica vygotskyana sobre el constructivismo social, pero integrando elementos de la piagetiana que representa la perspectiva del constructivismo individual, incluyendo equipos tanto simétricos como asimétricos. Para Piaget, el niño es un sujeto activo que conoce el mundo que le rodea a partir de actuar sobre él, reflexionado sobre esta actuación y construyendo su propio conocimiento como resultado de esta interacción.

En el mundo del niño hay otros niños y su mutua interacción es fundamental para su desarrollo. Con los otros niños es capaz de confrontar lo que conoce del mundo y lo que desconoce de él. Por medio de la comunicación que establecen, crean sucesivos conflictos cognitivos, base de la formación de un nuevo equilibrio construido a base de esquemas de conocimientos revisados, potentes y formadores del nuevo aprendizaje.

Para Vigotsky, el aprendizaje despierta un conjunto de procesos evolutivos internos capaces de operar únicamente cuando el niño está en interacción con las personas que le rodean y en cooperación con alguien que se le parece. Así, los procesos de construcción y reconstrucción se producen dentro de la Zona de Desarrollo Próximo, que es el espacio formado entre lo que el sujeto es capaz de hacer sólo y lo que es capaz de hacer con ayuda de otro. De la misma forma decir, que el alumno tutor aprende simultáneamente con el alumno tutorado. Resaltar que aquí no hay estatus de ventaja de ningún tipo, sino que personas de grupos sociales y características personales semejantes ayudan a otras a aprender y aprende de las otras ayudando














viernes, 17 de marzo de 2017

@prende 2.0





Se presentó el programa digital @prende 2.0, que considera la capacitación de maestros; plataforma con contenidos; la instalación de aulas con equipamiento y conectividad, y evaluación constante.



Esos pilares de la nueva estrategia digital se constituye el proyecto para incorporar las tecnologías de la información y la comunicación en la educación, y están acordes con la Reforma Educativa y la propuesta de nuevo Modelo Educativo.

En esta transformación se incorporan más de 20 años de experiencia y mejores prácticas, y a través de alianzas estratégicas con organismos internacionales, el sector privado y la sociedad, se tendrá en línea la plataforma con más contenidos en Hispanoamérica.



@prende 2.0 fue desarrollado de manera conjunta por las secretarías de Educación Pública y de Comunicaciones y Transportes; la coordinación de estrategia digital del Gobierno de la República, y diversos sectores de la sociedad, a través de evaluaciones de programas gubernamentales.




Con un análisis profundo de 10 años, sumando experiencias internacionales, se presentó el programa @prende 2.0, considerado un proyecto integral, para enseñar para la libertad y la creatividad, y formar ciudadanos que sepan ejercer sus derechos; sean críticos y analíticos, y tengan las herramientas y conocimientos para competir en un mundo globalizado.




El programa piloto arrancará en 2017 en 3 mil escuelas y se iniciará con la capacitación de los maestros, porque además de que es fundamental que se familiaricen con el mundo digital, se requiere que sepan introducir en el currículo las ventajas de esto.




Asimismo, se busca la plataforma en línea con contenidos gratuitos más grande de Hispanoamérica, por lo que se firmaron convenios con asociaciones y empresas, en favor de la educación y de México.




En la nueva estrategia se adaptarán aulas inicialmente en 3 mil escuelas, con 20 o 30 dispositivos cada una, que funcionen a través del programa México Conectado, para alcanzar una escala a nivel nacional en poco tiempo. De igual manera se llevará a cabo una evaluación constante y permanente del nuevo programa, para tener mejora continua.




Con esto se dan pasos centrales en el avance de la Reforma Educativa, porque la gran transformación de México se da con la transformación educativa.

jueves, 9 de marzo de 2017

A LOS PINCHES CHAMACOS de Francisco Hinojosa



Francisco Hinojosa nació en la Ciudad de México en 1954. Es poeta y narrador. Estudió la carrera de Lengua y Literaturas Hispánicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Una gran parte de su obra ha sido dedicada a los niños y jóvenes. Ha impartido talleres de creación en diversos países y estados de la República. Es uno de los autores más destacados de literatura infantil y juvenil en lengua española.
Fue becario en la rama de cuento por el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes de 1991 a 1992 y miembro del Sistema Nacional de Creadores desde 1994. En el 2016 fue nombrado embajador de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Su libro La fórmula del doctor Funes fue llevada al cine en el 2015 bajo la dirección de José Buil. Varias de sus obras han sido adaptadas al teatro.



A LOS PINCHES CHAMACOS

Soy un pinche chamaco. Lo sé porque todos lo saben. Ya deja, pinche chamaco. Deja allí, pinche chamaco. Qué haces, pinche chamaco. Son cosas que oigo todos los días. No importa quién las diga. Y es que las cosas que hago, en honor a la verdad, son las que haría cualquier pinche chamaco. Si bien que lo sé.

Una vez me dediqué a matar moscas. Junte setenta y dos y las guardé en una bolsa de plástico. A todos les dio asco, a pesar de que las paredes no quedaron manchadas porque tuve el cuidado de no aplastarlas. Sólo embarré una, la más llenita de todas. Pero luego la limpié. Lo que menos les gustó, creo, es que las agarraba con la mano. Pero la verdad es que eran una molestia. Lo decía mi mamá : pinches moscas. Lo dijo papá : pinche calor : no aguanto a las moscas : pinche vida. Hasta que dije yo : voy a matarlas. Nadie dijo que no lo hiciera. En cuanto se fueron a dormir su siesta, tomé el matamoscas y maté setenta y dos. Concha vio cómo tomaba a las moscas muertas con la mano y las metía en una bolsa de plástico. Les dijo a ellos. Y ellos me dijeron pinche chamaco, no seas cochino. En vez de agradecérmelo. Y me quitaron el matamoscas y echaron la bolsa al basurero y me volvieron a decir pinche chamaco hijo del diablo.


Yo ya sabía entonces que lo que hacía es lo que hacen todos los pinches chamacos. Como Rodrigo. Rodrigo deshojó un ramo de rosas que le regalaron a su mamá cuando la operaron y le dijeron pinche chamaco. Creo que hasta le dieron una paliza. O Mariana, que se robó un gatito recién nacido del departamento 2 para meterlo en el microondas y le dijeron pinche chamaca.
Los pinches chamacos nos reuníamos a veces en el jardín del edificio. Y no es que nos gustar ser a propósito unos pinches chamacos. Pero había algo en nosotros que así era. Ni modo. Por ejemplo, un día a Mariana se le ocurrió excavar. Entre los tres excavamos toda una tarde : no encontramos tesoros ; ni siquiera lombrices. Encontramos huesos. El papá de Rodrigo dijo : pinche hoyo. Y la mamá : son huesos. Vino la policía y dijo que eran huesos humanos. Yo no sé bien a bien lo que pasó allí, pero la mamá de Mariana desapareció algunos días. Estaba en la cárcel, me dijo Concha. Rodrigo escuchó que su papá había dicho que ella había matado a alguien y lo había enterrado allí. Cuando volvió, supe que todos éramos unos pinches chamacos metiches pendejos. Rodrigo me aclaró las cosas : la policía pensaba que ella había matado a alguien. Pero no, se había salvado de las rejas. ¿Qué son las rejas ?, pregunté. La cárcel, buey.
Ya no volvimos a jugar a excavar. Tampoco pudimos vernos durante un buen tiempo. A mí mis papás me decían que no debía juntarme con ellos. A ellos les dijeron lo mismo, que yo era un pinche chamaco desobligado, mentiroso. A Rodrigo le dieron unos cuerazos.




Tiempo después, cuando ya a nadie le importó que los pinches chamacos nos volviéramos a ver, Mariana tuvo otra ocurrencia : hay que excavar más. No, ¿qué no ves lo que estuvo a punto de pasarle a tu mamá ? No pasó nada, me dijo. Para que nadie nos viera, hicimos guardias. Excavamos en otra parte y no encontramos nada de huesos. Luego en otra : tampoco había huesos. Pero sí un tesoro : una pistola. Debe valer mucho. Yo digo que muchísimo. A lo mejor con eso mataron al señor del hoyo. A lo mejor. Sí, hay que venderla.
Escondimos la pistola en el cuarto donde guarda sus cosas el jardinero. Rodrigo dijo que él sabía cómo se usan las pistolas. Mi papá tiene una y me deja usarla cuando vamos a Pachuca. Mariana no le creyó. Andarás viendo mucha televisión, eso es lo que pasa.
Al día siguiente la volvimos a sacar y la envolvimos en un periódico. ¿Cómo la vendemos ? ¿A quién se la vendemos ? Al señor Miranda, el de la tienda. Fuimos con el señor Miranda y nos vio con unos ojos que se le salían. Nos dijo : se las voy a comprar sólo por que me caen bien. Sí, sí. Bueno. Pero nadie debe saberlo, ¿eh ? Nos dio una caja de chicles y cincuenta pesos. El resto de la tarde nos dedicamos a mascar hasta que se acabó la caja.

A la semana siguiente, la colonia entera sabía que el señor Miranda tenía una pistola. La verdad, yo no se lo dije a nadie, sólo a Concha. Y lo único que se le ocurrió decirme fue pinche chamaco. Lo que inventas. Lo que dices. Tu imaginación. Hasta que el señor Miranda nos llamó un día y nos dijo : ya dejen, pinches chamacos, dedíquense a otras cosas, déjense de chismeríos, pónganse a jugar. Nos dio tres paletas heladas para que lo dejáramos de jorobar.

En esos días, para no aburrirnos, nos dedicamos a juntar caracoles. Nos gustaba lanzarlos desde la azotea. O les echábamos sal para ver cómo se deshacían. O los metíamos en los buzones. En poco tiempo ya no había manera de encontrar un solo caracol en todo el jardín. Luego quisimos seguir juntando piedras raras, pero alguien nos tiró la colección a la basura. O deplanamente se la robó.
Fue entonces cuando decidimos escapar. Fue idea de Mariana.
Me puse mi chamarra y saqué mi alcancía, que la verdad no iba a tener muchas monedas porque Concha toma dinero de allí cuando le falta para el gasto. Mariana también salió con su chamarra y con la billetera de su papá. Hay que correrle, decía, si se dan cuenta nos agarran. Rodrigo no llevó nada.

Caminamos como una hora. Llegamos a una plaza que ninguno de los tres conocíamos. ¿Y ahora ?, preguntó Rodrigo. Hay que descansar, pedí. Yo tengo hambre. Yo también. Vamos a un restaurante. ¿Dónde hay uno ? Le podemos preguntar a ese señor. Señor, ¿sabe dónde hay un restaurante ? Sí, en esa esquina, ¿qué no lo ven ?

Era un restaurante chiquito. Rodrigo nos contó qué él había ido a muchos restaurantes en su vida. La carta, le dijo el señor. Nos trajo hamburguesas con queso y tres cocas. ¿Quién va a pagar ?, preguntó el señor. Yo, dijo Mariana, y sacó la billetera de su papá. Está bien. Escuchamos que le decía al cocinero pinches chamacos si serán bien ladrones.
De cualquier maneramente nos dio las tres hamburguesas y las tres cocas. Comimos. Y Mariana pagó.

Y ahora, ¿qué hacemos ? Cállate, me calló Mariana. Mi papá ya debe haberse dado cuenta de que le falta su billetera. ¿Estás preocupada ? ¿Por qué ?, ya nos fuimos, ¿o no ? Sí. Y ahora, ¿qué hacemos ?
Vamos a platicar con el señor Miranda.
Rodrigo le hizo parada a un taxi. Llévenos a la calle Argentina. ¿Quién va a pagar ? Mariana le enseñó la billetera. Pinches chamacos, le robaron el dinero a sus papás, ¿verdad ? ¿Nos va a llevar o no ?, le preguntó Rodrigo. Ustedes pagan, dijo.

El taxista nos llevó a unas pocas cuadras de allí. Era una calle solitita. Ahora denme el dinero. No, qué. Miren, pinches chamacos, o me lo dan o los mato. Es nuestro. Se los voy a robar como ustedes lo robaron, ¿verdad ? También tu alcancía, me dijo. Yo le di la alcancía. Así es, pinches chamacos. Y ahora bájense.


Pinche viejo, dijo Mariana. Si hubiera tenido la pistola, le doy un balazo, dijo Rodrigo. Deplanamente. Me dan ganas de ahorcarlo. Sin dinero ya no podemos ir a un hotel. Yo he ido a muchos hoteles, dijo Rodrigo. Pero sin dinero… Por qué no vamos con el señor Miranda a pedirle nuestra pistola. Sí, eso es. La pistola. A ver así quién se atreve a robarnos.


Un señor nos dijo hacia dónde quedaba la calle de Argentina. Y luego : ¿están perdidos ? Sí, un poco perdidos. Sigan derecho, derecho hasta Domínguez, ahí dan vuelta a la izquierda, ¿me entendieron ? ¿Saben cuál es Domínguez ? Yo no sabía, pero Mariana dijo que ella sí. La verdad, era un señor muy amable.

Para no hacer el cuento largo, llegamos con el señor Miranda cuando ya era de noche. ¿Y ahora qué quieren ?, nos preguntó, ya voy a cerrar. Queremos la pistola. Sí, y que nos venda unas balas. Miren, pinches chamacos, ya les dije que se dejaran de chismes. Tomen un chicle y váyanse. No, la verdad queremos sólo la pistola. Voy a cerrar, así es que lárguense sin chicles, ¿entendieron ?


Rodrigo tomó una bolsa de pinole, la abrió y le echó un buen puñado en los ojos al pobre señor Miranda. Pinches chamacos, van a ver con sus papás. El viejito se cayó al piso. Yo me le eché encima de la cabeza y le jalé los pelos. Mientras, Mariana le pellizcaba un brazo con todas sus ganas. Busca la pistola, córrele, le dijimos a Rodrigo. ¿Dónde ? Allí abajo. No, no está. Allí, junto a la caja. Suéltenme, pinches chamacos, gritaba. Tampoco, no está aquí. ¿Dónde está, pinche viejo ? Si no me sueltan… ¡Aquí está !, gritó Rodrigo, ¡aquí está ! ¿Dónde estaba ? En el cajón.


Y ahora qué. ¿Lo matamos ? Mariana se había abrazado de las piernas del señor Miranda para que no se moviera tanto. Ve si tiene balas. Sí, si tiene balas. ¿Le damos un plomazo ? ¿Qué es plomazo ? Que si lo matamos, buey. Sí, mátalo. Pinches chamacos…
El ruido del disparo fue horroroso, yo pensaba que los balazos no sonaban tanto. Al pobre del señor Miranda le salió mucha sangre de la cabeza y se quedó muerto. ¿Está muerto ? Pues sí, ¿qué no te das cuenta ? Ya ven cómo sí sé disparar pistolas. Puta, dijo Mariana. Sí, puta.

Vámonos antes de que llegue alguien. Nos fuimos por Argentina, derechito, corriendo a todo lo que podíamos. Hasta que llegamos cerca de la escuela de Rodrigo. Pinche chamaca, dijo una señora con la que se tropezó Mariana, fíjate por dónde caminas.
No sé cómo lo hizo, pero Rodrigo sacó rapidísimamente la pistola y le dio un plomazo en la panza. La señora cayó al piso y empezó a gritar. No está muerta, le dije, tienes que darle otro plomazo. Rodrigo le dio otro plomazo en la cabeza.
Ahora sí, comprobó Mariana, está fría. ¿La tocaste o qué ? Está muerta, buey.

Al parecer, otros oyeron el ruido del balazo porque la gente se juntó alrededor de la muerta. Rodrigo se había guardado ya la pistola en la bolsa de su chamarra.
¡Llamen a una ambulancia ! ¡Llamen a la policía ! ¡Llamen a alguien ! ¡La mataron ! Yo creo que fue un balazo. ¿Ya le tomaron el pulso ? Yo lo oí. Salí corriendo de la casa a ver qué pasaba y me encuentro con que… Yo vi correr a un hombre. Llevaba una pistola en la mano. Debes atestiguar. Claro, nomás venga la policía. No, no respira. Quítense, pinches chamacos, qué no ven que está muerta. No hay seguridad en esta colonia. Es un pinche peligro. ¿Le robaron la bolsa ? Sí, yo vi que el hombre corría con la pistola y la bolsa de la señora. Era una bolsa blanca… ¿Qué no oyeron, pinches chamacos metiches ? Si sus papás los vieran haciendo bulto… Eran dos, llevaban pistolas y la bolsa… Yo la conozco : es Mariquita, la de don Gustavo. Lo triste que se va a poner el hombre.



En cuanto oímos el ruido de las sirenas, Mariana dijo mejor vámonos, podemos tener problemas.
No debimos matarla, les dije mientras caminábamos hacia la avenida. Fue culpa de ella. Además, así son las cosas, a mucha gente la matan igual, en la calle, con pistola. No debes preocuparte. Dicen que te vas al cielo cuando te matan a balazos. Sí, es cierto, yo ya había oído eso. ¿Tú crees que el señor Miranda se vaya al cielo ? Claro, tonto.

Mariana le hizo la parada a un taxi. ¿A dónde vamos ? No tenemos dinero para pagarle. Ay, qué ingenuo eres, me dijo. A la calle de López, dijo Rodrigo. ¿Cuál calle de López ? ¿Saben qué hora es ? No, le dije. Son las diez. ¿Nos va a llevar o no ?, le preguntó Mariana. Miren, pinches chamacos, si sus papás los dejan andar a estas horas tomando taxis no es mi problema, así es que largo, largo de aquí. Rodrigo sacó la pistola y le apuntó a la cara. Ah, pinche chamaco, además te voy a dar una paliza por andarme jodiendo.

Y cuando le iba a quitar la pistola, Rodrigo disparó el plomazo con las dos manos. Le entró la bala por el ojo. Lo mandamos derechito al cielo, qué duda.
Yo sé manejar, dijo Rodrigo. Pero no fue cierto, en cuanto pudimos hacer a un lado al taxista, Rodrigo trató de echar a andar el coche y no pudo. Debes meterle primera. Ya sé, ya sé. Déjame a mí, dijo Mariana. Se puso al volante, metió la primera y el coche caminó un poco, dando saltos. Mejor vamos a pie, les dije. Sí, este coche no funciona muy bien.



Antes de abandonar el taxi, Rodrigo esculcó en los bolsillos del taxista hasta que encontró el dinero. Hay más de cien pesos. Quítale también el reloj. Luego lo vendemos. Mariana guardó el dinero, yo me puse el reloj y Rodrigo se escondió la pistola en la chamarra.
En el hotel fue la misma bronca, que si dónde están sus papás, que si saben qué hora es, que si un hotel no es para que jueguen los chamacos, que si alquilar un cuarto cuesta, que dónde está el dinero. Váyase a la chingada, dijo Rodrigo alfinmente, y todos echamos a correr.

Caminamos un rato hasta que Mariana tuvo una buena idea. Ya sé, podríamos ir a dormir a casa de la señora Ana Dulce. ¿Con esa pinche vieja ? Sí, buey, dijo Rodrigo, nos metemos en su casa, le damos un plomazo y nos quedamos allí a dormir. Puta, que si es buena idea…
La señora Ana Dulce nos abrió. ¿Qué quieren ? ¿Nos deja usar su teléfono ?, le dijimos para guaseárnosla. Pinches chamacos, ¿saben qué hora es ? Nos metimos a la casa sin importarnos las amenazas de la vieja : voy a llamarle a la policía para decirle que se escaparon de sus casas. Van a ver la cueriza que les van a poner. Vi cómo Mariana discutía con Rodrigo. Ahora me toca a mí. Si tú no sabes… Al parecer ganó Mariana porque tomó el arma y le disparó un plomazo a la señora Ana Dulce. Le dio en una pata. Luego disparó por segunda vez. ¿Qué tal ?, dijo, te apuesto a que le di en el corazón. Yo pensaba lo mismo, a pesar de que la vieja chillaba del dolor como una loca y se retorcía en el piso. Al rato se calló.


La guardamos en un clóset. Rodrigo decía que era un cadáver. Luego cenamos pan con mantequilla y mermelada y nos metimos los tres a la cama con la pistola abajo de la almohada.
Durante los siguientes diez días no le dimos plomazos a nadie más. Nos quedaba una bala. Íbamos al parque todas las mañanas y comíamos y dormíamos en casa del cadáver, hasta que el espantoso olor del clóset nos hizo salir corriendo.
Ese día tuvimos la mala suerte de encontrarnos frente a frente con el papá de Mariana. ¡Pinches chamacos !, nos gritó. ¡Cómo los he buscado ! ¡Van a ver la que les espera !

Nos esperaba una que ni la imaginábamos… A todos nos agarraron a patadas y cuerazos y cachetadas y puntapiés. Yo oía cómo gritaban Mariana y Rodrigo. Mi mamá me dio un puñetazo en la cara que me sacó sangre de la nariz, y mi papá, un sopapo en la boca que casi me tira un diente. Por más que lloraba, no dejaban de darme y darme como a un perro.

Tardé un poco en dormirme. Pero en un ratito me desperté con el ruido de un plomazo. Ya Rodrigo debe haberse echado a sus papás, pensé. Luego se empezaron a oír gritos. Mis papás se despertaron también y corrieron a la puerta para ver qué pasaba.

La mamá de Rodrigo gritaba : ¡Lo mató, lo mató, lo mató ! ¡El pinche chamaco lo mató ! Cálmese, señora, quién mató a quién. Rodrigo salió en ese momento con la pistola en la mano. Córrele, me dijo a mí, antes de que nos agarren. Esto es la guerra. ¿Y Mariana ?, le pregunté. Hay que ir por ella. No, qué, córrele.
Y sí : corrimos a madres. Fue un alivio encontrarnos con nuestra amiga en la calle. Ya se echó a su papá, le anuncié. Puta, dijo Mariana, eso me imaginé. Y nos echamos a correr como si nos persiguiera una manada de perros rabiosos. No paramos hasta que Rodrigo se tropezó con una piedra y fue a dar al suelo. Le salía sangre de la cabeza.

Qué madrazo me di, nos dijo medio apendejado. Y sí que era un buen madrazo. Hasta se le veía un poco del hueso.


Los tres teníamos la piyama puesta y ellos dos estaban descalzos. Sólo yo tenía calcetines. ¿Me los prestas un rato ?, me pidió Mariana, está haciendo mucho frío. Se los presté.

¿Y ahora qué hacemos ? Ni modo que volver a casa del cadáver. Todavía tenemos la pistola, ¿o no ?, podemos meternos a una casa y matar a quien nos abra. No seas buey, eso está cabrón. Además ya no tenemos balas. ¿Cómo se te ocurre que ahorita alguien nos va a abrir la puerta ? Es cierto, somos unos matones. No es por eso.
Me dieron ganas de orinar del frío que estaba haciendo. Una parte me hice en los calzones y otra sobre la llanta de un coche. Pinche cochino, me dijo Mariana. A Rodrigo le dio risa.
Caminamos un rato hasta que nos encontramos con una casa que tenía las ventanas rotas. Debe estar abandonada.
Seguro. Terminamos de romper uno de los cristales y nos metimos. Estaba oscurísimo.
Encontramos un cuarto en el que se metía un poquito de la luz de la calle. Hicimos a un lado los escombros y nos echamos al piso, muy juntos para tratar de calentarnos, hasta que nos quedamos dormidos, alfinmente dormidos.
A la mañana siguiente, con los huesos adoloridos, desperté a los otros. Pudimos ver entonces el cuarto en el que habíamos dormido. Estaba muy húmedo y sucio. Había latas vacías de cerveza, colillas de cigarros, bolsas de plástico, cáscaras de naranja y cantidad de tierra. Olía a puritita mierda.
Mariana tiritaba de frío, aunque estaba calientísima. Es calentura, estoy seguro, les dije. Un calenturón como para llamarle al doctor. Cuál doctor, se encabronó Rodrigo. ¿Qué sientes ?, le pregunté. Ella ni contestó. Sólo tiritaba y tiritaba.


Hay que comprar aspirinas. Es cierto, le dije. Rodrigo se ofreció a buscar una farmacia mientras yo cuidaba a Mariana.

Esperamos horas y horas hasta que a Mariana se le quitó la temblorina. Cuando me dijo que ya se sentía bien le expliqué que Rodrigo había ido a buscar una farmacia para comprarle aspirinas y que todavía no regresaba. Pues ya se tardó. Claro que ya se tardó. Algo debe haberle pasado.

Lo buscamos hasta que nos perdimos y ya no sabíamos cómo regresar a la casa donde habíamos dormido. Teníamos un hambre espantosa. Y sin dinero. Y sin pistola. Y sin casa donde nos dieran de comer.
Lo demás fue idea de Mariana. En un semáforo nos pusimos a pedir dinero a los conductores de los coches. Cuando llenamos los bolsillos de monedas las contamos : eran nueve pesos con veinte centavos. En una tienda compramos dos bolsas de papas y dos refrescos.

Después de comer nos acostamos en el pastito del camellón. Durante mucho tiempo nos pusimos a hablar de Rodrigo. ¿Qué le había pasado ? Sabe. ¿Lo habrá agarrado la policía por matar a su papá ? A lo mejor sólo está perdido. Como nosotros. O quizá lo agarraron cuando quiso matar al de la farmacia. ¿Cómo, si no tiene balas ? O lo atropellaron. Quién sabe. O le dieron un plomazo por metiche.

Se hizo de noche y no teníamos dónde dormir. No nos quedó otra más que preguntar por la calle de López para ir a casa de la señora Ana Dulce. Aunque oliera feo, al menos habría una cama.
Tardamos como dos horas en llegar. Afuera de la casa de la señora Ana Dulce había un policía. Yo creo que… Sí, sí, no necesitas explicarme nada. ¿Qué hacemos ? Puta, ahora sí me la pones canija.
Nos metimos a dormir a un terreno baldío en el que había ratas. Puta madre que estoy seguro. La pasamos delachingadamente.
Despertamos mojados y con el pelo hecho hielitos. Teníamos un hambre espantosa. Y si vamos a la casa. ¿Qué dices ? No ves que Rodrigo se echó a su papá. Pues Rodrigo es Rodrigo. A lo mejor ahorita ya está muerto.
Concha fue la primera en vernos : pinches chamacos, van a ver la que les espera.
Y es cierto : la que nos esperaba… Pero, con el carácter de Mariana, tampoco se imaginaron nunca la que les esperaba a ellos.







FUENTES:




miércoles, 8 de marzo de 2017

¿CONOCES A ESTAS MUJERES? SON OCHO MEXICANAS QUE CAMBIARON LA HISTORIA

La primera médica, la primera medallista olímpica y la primera diputada electa son algunas de las mujeres que cambiaron a su sociedad.


En honor del Día Internacional de la Mujer, te presentamos a ocho mexicanas que cambiaron la historia en sus distintos nichos y abrieron el camino para las mujeres en zonas que les estaban restringidas.

Katy Jurado  Jurado fue la primera actriz mexicana en ser nominada al premio Oscar.





ROSARIO CASTELLANOS (1925-1974)


Novelista, cuentista, poeta, ensayista, periodista y diplomática, probablemente la escritora mexicana más importante del siglo XX, según la Enciclopedia Británica.


Su tesis de maestría de 1950, Sobre cultura femenina se convirtió en un punto de partida para las escritoras mexicanas modernas, quienes lo tomaron como un llamado a la autoconciencia.
Trabajó como embajadora de México en Israel desde 1971 hasta su muerte en 1974, como catedrática en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Sus restos, por órdenes del presidente Luis Echeverría, serían sepultados en la Rotonda de los Hombres Ilustres, en la Ciudad de México.

MARÍA IZQUIERDO (1902-1955)


María Izquierdo fue la primera pintora mexicana en exponer su obra internacionalmente, presentando su obra en el Art Center de Nueva York. Su obra se expuso además en París, Tokio, Bombay, Chile, Perú, Brasil, Guatemala y Panamá.

A los 20 años ingresó a la Escuela Nacional de Bellas Artes, donde conoció a los muralistas Diego Rivera y Rufino Tamayo, quienes tuvieron gran influencia en ella. Sus pinturas se inspiraron en el folclor y los tipos nacionales, derivando a veces en el surrealismo.
En octubre de 2012 fue nombrada por decreto Mujer Ilustre por el gobierno mexicano. Sus restos descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres.

Matilde Montoya (1857-1938)



Matilde Montoya Lafragua fue la primer egresada de Medicina en México, pese a innumerables obstáculos se tituló.
Aunque los grupos más conservadores de la sociedad le pusieron obstáculos, ella le escribió al presidente Porfirio Díaz, quien la ayudó para poder realizar su examen profesional en la Escuela de Medicina de Puebla, el cual aprobó por unanimidad el 24 de agosto de 1887, según da a conocer su perfil en la Secretaría de Salud.
En 1925, junto con la doctora Aurora Uribe, fundó la Asociación de Médicas Mexicanas.

MARÍA DEL PILAR ROLDÁN (1939)




María del Pilar Roldán, la primera mexicana en ganar una medalla olímpica". Me encanta su historia de FairPlay.
La esgrimista María del Pilar Roldán fue la primera mujer mexicana en ganar una medalla olímpica cuando obtuvo la presea de plata en los juegos de México 1968. Además, se convirtió en la primera mujer del continente americano en obtener una medalla por esgrima.
Hija de dos importantes tenistas mexicanos, practicaba este deporte desde los 6 años, pero después de leer Los tres mosqueteros, se encaprichó con el deporte del florete y empezó a entrenar a los 13 años.
En los juegos de Roma 1960 se convirtió en la primera mexicana en llevar la bandera nacional en una ceremonia de inauguración.

ELSA ÁVILA (1963)

En 1999, Elsa Ávila se convirtió en la primera mujer mexicana y latinoamericana en alcanzar la cima del monte Everest, la cima más alta del planeta, según la revista especializada Everest History.
Empezó a entrenar desde los 15 años, y fue la primera mujer del mundo en ascender la montaña Aguja Poindenot en la Patagonia, además de haber escalado en Yosemite, los Alpes, los Andes, los Himalayas, y las islas Baffin.
Actualmente es una mujer de negocios, con un centro motivacional donde desarrolla programas para jóvenes líderes.

ELVIA CARRILLO PUERTO (1878-1967)

Elvia Carrillo Puerto fue una de las líderes feministas y socialistas del movimiento sufragista en México. Creó la liga feminista Rita Cetina Gutiérrez y trabajaba furiosamente integrando ligas feministas, dando cursos y capacitación a mujeres pobres desde su local en el centro de Mérida, y publicando dos revistas: Feminismo y Rebeldía, de acuerdo con el Archivo General de Yucatán.
La hermana del gobernador de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto, se convirtió en la primera mexicana diputada electa al congreso local por el V distrito en Yucatán, en 1923, de acuerdo con el Inmujeres.

ROSARIO IBARRA (1927)




¡Felicidades, Doña Rosario Ibarra de Piedra, por sus 87 años! Admirable mujer, ejemplo de amor, lucha y constancia.
El activismo contra la represión política llevó a Rosario Ibarra de Piedra a buscar la presidencia de México en dos ocasiones, en 1982 y en 1988, por el ya desaparecido Partido Revolucionario de los Trabajadores. La desaparición de su hijo, Jesús Piedra Ibarra, en 1974, marcó su lucha.
En 1977 fundó el Comité Pro Defensa de Presos, Perseguidos, Desaparecidos y Exiliados Políticos (conocido como Eureka), el cual reunía a víctimas y familias de presos y desaparecidos por motivos políticos de finales de los 60 y los 70, cuando el país vivió un periodo conocido como "guerra sucia". 

KATY JURADO (1924-2002)




Un día como hoy nace la actriz Katy Jurado, primer mexicana en ser nominada al premio Oscar.
Jurado fue la primera actriz mexicana en ser nominada a un premio de la Academia cuando en 1955 fue nominada al premio de Mejor actriz de reparto por su actuación en la película Lo que la tierra hereda.
En 1952 ganó un Globo de Oro por su actuación junto a Gary Cooper y Grace Kelly en la película A la hora señalada. Además, entre 1954 y 1999 ganó cuatro premios Ariel, y actuó bajo la dirección de Luis Buñuel.
Jurado pasó toda su vida actoral entre Hollywood y México, donde apareció en la legendaria Nosotros los pobres.

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